El hotel tiene una decoración encantadora y

cada rincón cuenta una historia. La atención del personal fue lo más destacado, con recomendaciones fabulosas para restaurantes locales. Sin embargo, el baño era algo reducido y podría mejorarse. Aún así, la experiencia general fue maravillosa.

La habitación era espaciosa y limpia, pero la ubicación en un barrio poco atractivo restó puntos. El personal fue muy amable y servicial.

la decoración es tan anticuada que parece que el hotel está en los años 80, además, el ruido de las habitaciones vecinas es insoportable. no entiendo por qué no me ofrecieron un upgrade, considerando lo que pagué, casi pensé en dejar una buena reseña pero simplemente no pude.

La atención del personal fue excepcional.

una experiencia agradable con un par de inconvenientes

La atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar y hacer que nuestra estancia fuera más cómoda. Las habitaciones, decoradas con mucho gusto, ofrecen un ambiente acogedor que invita a relajarse después de un día de exploración. Además, disfrutar de la vista al mar desde la terraza fue sin duda un gran atractivo durante nuestras mañanas.

Sin embargo, la falta de aparcamiento cercano fue algo incómoda, ya que tuvimos que buscar alternativas para dejar el coche.

Pasamos unos días fantásticos en este pequeño hotel familiar. Las habitaciones son cómodas y el balcón es un gran plus para disfrutar del aire fresco. Aprovechamos para explorar la zona, aunque hay muchas escaleras. El personal fue muy atento y servicial.

Mi mujer dice que sería genial tener más accesibilidad para familias con niños.

Habitación con mucha tranquilidad, perfecta para descansar. La atención del personal estuvo excepcional, siempre dispuestos a ayudar. Ubicación muy buena para explorar el centro histórico. Aunque el baño un poco pequeño, todo lo demás estuvo de maravilla.

La habitación era pequeña, pero muy cómoda con un diseño único, las paredes de roca y el techo abovedado le daban un toque especial. Además, tenía un balcón encantador perfecto para disfrutar de un café. La cama era súper cómoda, ideal para descansar después de explorar Taranto. Sin embargo, el baño se sentía un poco reducido, lo que podría ser un inconveniente. En general, me sentí muy a gusto aquí.

La suite era hermosa, pero había escaleras para llegar a ella.

Pasamos unos días fantásticos en L'Arcangelo, Boutique. La terraza ofrece unas vistas impresionantes del mar y del antiguo puerto. Las habitaciones están muy bien equipadas y decoradas con un toque auténtico que nos hizo sentir como en casa. Además, la atención del personal fue excepcional, siempre dispuestos a ayudar y hacer nuestra estancia más cómoda.

Falta de aparcamiento.

El hotel es encantador, bien mantenido y cuenta con vistas impresionantes. El personal fue muy amable y atento, hicieron que nuestra estancia fuera muy agradable.

El baño era tan compacto que casi me sentí como en un ascensor.

experiencia inmejorable, ideal para pasear por el centro histórico

Disfrutamos de una experiencia inmejorable en este bonito hotel, donde la amabilidad del personal marcó la diferencia y nos hizo sentir como en casa. además, su ubicación privilegiada a menos de 5 minutos a pie del encantador Museo Diocesano de Arte Sagrado y de la impresionante Catedral de Taranto hizo que nuestras caminatas por la ciudad fueran un verdadero deleite.

Disfrutamos de una estancia maravillosa, donde el desayuno fue un festín modesto pero completo, ¡y la atención del personal fue excepcional! La cena en la plaza del hotel fue un deleite, con platos locales que nos dejaron con ganas de más. El hotel, ubicado en el corazón del centro histórico, te sumerge en una atmósfera auténtica y vibrante.

Aunque tuvimos un malentendido con la reserva, que resultó costoso, todo lo demás brilló. La primera impresión de los edificios en el centro histórico puede desanimar, pero hay que mirar más allá para descubrir el encanto de Tarento.

El hotel L'Arcangelo es simplemente un paraíso. La suite que ocupamos tenía características arquitectónicas únicas, con paredes de roca y un techo abovedado que le daba un encanto medieval. La ubicación justo frente a la Via Duomo facilitó nuestra exploración de la ciudad vieja, haciéndola muy accesible. Además, el personal fue excepcional. desde la propietaria, que se aseguró de que estuviéramos cómodos, hasta el personal de recepción, que siempre estaba dispuesto a ayudar. El desayuno era delicioso y variado, perfectos para empezar el día.

Un inconveniente notable fue la falta de aparcamiento adecuado. A veces la plaza destinada para dejar las maletas estaba ocupada, lo que obligaba a parar en medio de la calle sin saber si la policía podría intervenir.

La habitación era amplia y tenía una terraza con maravillosas vistas. El personal fue extremadamente amable y servicial, lo que hizo que nuestra estancia fuera aún más agradable. El desayuno era delicioso, y la ubicación, en una plaza del antiguo Taranto, era perfecta para explorar.

Podría mejorar la disposición del comedor, que es un poco reducido, aunque la atención fue sobresaliente.